A estas alturas de la vida, todos hemos oído o leído una poética descripción sobre la decantación de un buen vino tinto, ¿pero hace falta ser tan sofisticado? La respuesta rápida es no. Decantar consiste simplemente en abrir una botella de vino y dejarla airear, pero si quieres sacar el máximo partido a tus vinos hay algunos trucos que te conviene saber.

La mayoría de los vinos contienen conservantes, sulfitos artificiales, que sirven para evitar reacciones no deseadas que desarrollarían los aromas y sabores frutales del vino con el oxígeno. Sin embargo, en cuanto descorchas una botella, el oxígeno acentúa los aromas y sabores del vino. Si vas a deleitarte con un vino joven con cuerpo, conviene oxigenarlo bien con un decantador ancho y poco profundo. La pregunta sobre cuánto debe durar la decantación la dejamos para otro día, pero ten en cuenta que cuanto más ancho sea el decantador, más rápido será el proceso. El decantador de Üllo para vinos tintos tiene una base ancha para que una gran cantidad de vino quede expuesta al oxígeno. El contacto del vino con el ambiente permite que el oxígeno reaccione con los compuestos fenólicos del vino (taninos y antocianinas) que ayudan a desarrollar su complejidad por medio de reacciones de actuación rápida que cambian, literalmente, la composición del vino y le hacen cobrar vida.

Otros vinos que merece la pena decantar son los oportos vintage y los tintos añejos. A medida que envejecen en la botella, en este tipo de vinos se suele formar sedimento. Aunque es inocuo, el sedimento puede tener un sabor amargo o áspero y una textura similar a la arena. Comprueba si la botella tiene sedimento y, si es el caso, haz una decantación completa para que el sedimento se quede en la botella y no caiga en la copa.

Por último, confía en tu paladar. No hay reglas fijas sobre cuándo se debe decantar ni sobre cuánto tiempo debe durar el proceso. Si te gustan los vinos aireados, ¡coge el decantador y empieza a descorchar botellas!

¡Salud!